Muchas novedades, mismo espíritu
por Miguel Angel Fernández 16 Octubre 2013
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Una semana de dura prueba para poner una sonrisa en la cara de todos los participantes. |
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El Puerto de Almería fue el lugar de reunión antes de embarcar hacia Marruecos. |
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El sábado 21 de septiembre, poco a poco, se fueron dando
cita en el Puerto de Almería, los participantes de esta edición 2013 de la Panáfrica, desde
donde embarcarían con dirección a Melilla.
Pero antes, tocaban los momentos del reencuentro con viejos conocidos,
las presentaciones de los nuevos participantes y, como novedad en esta
edición, cargar motos, buggys y quad en el camión de
Sin Limites 4x4, que realizaría el desplazamiento por tierras marroquíes
hasta las inmediaciones de Erfoud, donde se encuentra el Hotel Chergui, centro neurálgico de operaciones de la presente edición.
Esta novedad, permitía que este año los participantes de estos vehículos, pudieran realizar cómodamente el
desplazamiento en autobús hasta el sur marroquí, donde en forma de trébol de cuatro hojas se realizarían todas las etapas de la presente edición.
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El Palmeral del Ziz, uno de los impresionantes paisajes que se ven camino del desierto. |
Tras
una cómoda noche en camarote, a las siete de la
mañana estábamos desembarcando, tras lo cual nos dirigimos rápidamente a
la frontera para cruzarla y comenzar la ruta que nos llevaría hasta el
Hotel Chergui. Milagrosamente, en tan solo media hora habíamos cruzado y
comenzamos un recorrido que nos llevaría por Nador, Guercif, Missour, Rich… que nos permitiría disfrutar de
las estupendas vistas que ofrece el Palmeral del Ziz.
Descendiendo desde el Alto Atlas, el “oued” (río) Ziz excava su curso
en impresionantes acantilados, gira en los alrededores de Rich y se
dirige hacia el Sur, donde riega el inmenso palmeral de Tafilalet, más
conocido como el palmeral del Ziz, considerado como el más grande del
mundo,
con aproximadamente 800.000 palmeras. ver galería
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Antes de que todo comience, hay que pasar las verificaciones. |
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Ya en el hotel, primero irían llegando los participantes y, después
de la cena, el camión de Toni, de Sin Limites, por lo que tras bajar los
vehículos, todos
los participantes terminaron de pasar las verificaciones administrativas y técnicas.
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Ya en la primera etapa los participantes se tuvieron que enfrentar a las dunas. |
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Tras dormir “deprisa”, cuando todavía era de noche, comenzaba junto al parque cerrado el
briefing a cargo de Philip Ligué, tras lo cual, uno a uno, todos los participantes fueron tomando la salida de
una etapa que les llevaría a recorrer cerca de 400 Km.
por terrenos de todo tipo, desde la fina arena de las dunas a las
machaconas pistas de roca, pasando por rápidas pistas o imponentes
desfiladeros. El “bar” de Ramlia sirvió para que los participantes
repostasen y se tomasen un respiro de una etapa
que duró más de ocho horas y que para algunos, se alargó hasta bien pasadas las tres de la madrugada.
El martes se realizaría una etapa doble, la habitual de por la mañana y la misma ya por la noche, en esta ocasión transcurriría
por la zona de los monumentos
que construyó el arquitecto alemán Hannsjorg Voth y que reciben los
nombres de Espiral Dorada, la Escalera del Cielo y la Ciudad de Orión.
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La etapa nocturna les costaría a algunos participantes toda la noche. |
Con la lección bien aprendida en la etapa de la mañana, todos
los participantes pudieron completar la de la noche sin grandes contratiempos y aunque ya de día, hasta el último de ellos llegaba a las comodidades del hotel para regalarse un merecido descanso.
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El miércoles era jornada de descanso, día que cada
uno aprovechó como más le apeteció, desde hacer “horas extra” en la
cama, disfrutar de la piscina del hotel, ir de compras…
Unos cuantos fuimos a Dessert Buggies, donde alquilamos unos buggies y en compañía de su propietario y amigo, Jordi Mercader,
nos dirigimos a coronar alguna de las más altas dunas del Erg Chebbi, sin duda una experiencia que recomiendo a cualquiera, por lo divertido y seguro de su conducción.
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Las siempre impresionantes dunas del Erg Chebbi. |
Llegada la hora de la comida,
unos huevos fritos con patatas en el albergue de Alí el Cojo nos dejaron como nuevos para ir a visitar y tomar
un café expreso en el Riad Madu, un
espectacular albergue
a pie de las dunas del Erg que enamorará a cualquiera que lo visite por
mucho que ya haya estado en Marruecos. Después, nuestra siguiente
parada fue la más emotiva, y nos llevó a visitar el monolito situado
donde el año pasado nuestro querido médico Armand perdió la vida en un
estúpido y fatal accidente. Ya de noche regresamos a Erfoud donde
aún tuvimos tiempo de comprar unos exquisitos dátiles en el interior de su zoco. ver galería
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Dormir a pie de dunas ofrece imágenes tan espectaculares como esta. |
La cuarta etapa llevaría a los participantes a recorrer alrededor de
250 Km. que terminarían al pie de las dunas del Erg Chebbi, donde en esta ocasión
disfrutarían de un campamento de jaimas donde cenarían, dormirían y podrían disfrutar del espectacular cielo estrellado que cada noche ofrece el desierto.
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La última etapa presentaba el desafío de tener que
atravesar en diversas ocasiones las dunas del Erg Chebbi, si bien había
“escapatoria” y se podían salvar bordeando el desierto a lo largo de las
pistas que transcurren paralelas al río de arena, esto implicaba hacer
un buen número de Km. más, todo lo contrario a la filosofía de la
Panáfrica que se basa en recorrer el camino más corto. Tras atravesarlas
había que tomar dirección noreste para bordear las montañas
al norte de la Hammada du Guir y tomando
la “pista del francés”, pasar por
la Lapida Citroen y terminar saliendo a la carretera de Erfoud, unos Km. al norte del hotel.
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La entrega de trofeos final en las instalaciones del Hotel Chergui. |
ver galeríaFinalmente, todos los participantes llegarían y tras soltar tensión, arena y dedicarse unas horas de descanso,
se pasaría tras la cena, a la entrega de trofeos, sorteo de regalos y la merecida fiesta, eso sí, con el sabor agridulce que te deja el saber que todo, ya, ha terminado.
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Todo a terminado, organización y participantes disfrutando de una última copa antes de regresar hacia la península. |
ver galeríaEl viaje de regreso hasta Nador, nos permitiría pensar en el buen resultado que había dado la
nueva categoría Raid, destinada a motos trail de gran cilindrada, SUV
y a cualquier persona que desee vivir toda la emoción y la aventura que
supone participar en la Panáfrica, sin la obligación de tener que pasar
por los pasos más difíciles y arriesgados. Una categoría que a buen
seguro
habrá de traer nuevos participantes, con menos
experiencia en raid africanos, y que les permitirá adquirirla y a buen
seguro, regresar para participar en la categoría Safari.
Motos, quad, buggies, SUV, TT… la Panáfrica te ofrece la posibilidad de vivir en primera persona la aventura única que supone el n
avegar por algunos de los más destacados paisajes que nos brinda Marruecos, y todo ello bajo el paraguas de
una experimentada organización
capitaneada por el ex-dakariano Philip Ligué que garantiza las más
altas cotas de seguridad y calidad. Muerta la Panáfrica 2013 ¡Viva la
Panáfrica 2014!.